El rol switch en BDSM

Estaba evitando escribir un ladrillo sobre este tema por eso mismo, porque sabía que me iba a salir un ladrillo, y luego pasa lo que pasa. Pero creo que iba siendo hora.

El rol switch, digan lo que digan, sigue siendo uno de los más maltratados en la escena ‘bedesemera’ por varios motivos. El primero, el profundo desconocimiento que hay sobre nosotrxs. El segundo, y consecuencia del anterior, es que cuando hay desconocimiento sobre algo se tiende a: a) despreciarlo, b) ridiculizarlo y c) demonizarlo. Y esto es lo que ha sucedido con algo que no es tan complicado de entender, pero a lo que le pesan kilos y kilos de prejuicios de género y paladas de mierda que vamos a pasar a analizar ahora mismito.

Puede parecer innecesario, pero dado cómo está el patio, no está de más recordar a modo de ‘disclaimer’ que el texto que sigue a continuación es mi opinión, ni más ni menos, y que no soy ninguna voz autorizada ni erudita. Al lío.

¿Qué es una persona switch en BDSM?

Empezaré por lo más básico —y lo más complicado— que es definir. Una persona switch en BDSM es aquella a la que le gusta ceder o tomar el control de la acción, esto es, tomar o ceder la iniciativa en una sesión o en una relación D/s. En palabras más sencillas, sería quien disfruta de ceder o tomar la iniciativa, bajo determinadas circunstancias, con determinadas personas, o en determinados momentos.

¿Y qué es ceder o tomar la iniciativa?

La madre de todos los corderos y que ha hecho y hace correr ríos de tinta a diario, o mejor dicho, quemar teclados de ordenador o de móvil. La iniciativa es de quién parte la idea de hacer determinada cosa, quién decide qué se hace y de qué manera. Entonces, si se cede la iniciativa, se deja en manos de otra persona la capacidad de decidir qué hace, y al contrario, si se toma la iniciativa, se decide lo que se hace y cómo se hace. Veámoslo con un ejemplo:

pepeXLMadrid me conoce en una fiesta, le gusto, le caigo bien y le parece que soy de fiar (huelga decir que es recíproco y a mí me ha sucedido lo mismo). Tras hablar un tiempo, decide, de manera voluntaria, y tras pactar una serie de cosas conmigo, que quiere ponerse en mis manos y que yo tome la iniciativa sobre su comportamiento y acciones, porque quiere, le pone y le da la gana. Lo que en BDSM se ha dado en llamar entrega. pepeXLMadrid se me ha entregado, y yo ahora tengo la potestad de decirle que haga (o no) cosas dentro de lo que hayamos pactado. Ni confirmo ni desmiento que lo primero que haría sería cambiarle el nick a pepeXLMadrid por uno en condiciones xD.

Cosa bien distinta sería si a pepeXLMadrid le caigo bien y le parece que soy de fiar, pero no le apetece una mierda que yo controle nada, y lo único que quiere es probar ese ‘flogger’ tan chulo que llevaba en mi bolsa de las perversiones en la fiesta donde nos conocimos. A mí me viene de lujo, porque me apetece mucho probar el ‘flogger’ en cuestión con alguien. En ese momento pepeXLMadrid sería ‘bottom’ y yo ‘top’. Yo le doy con el ‘flogger’, después me quedaría un rato con él para ver si todo está bien, nos tomaríamos una copa, echaríamos unas risas y quién sabe si probaríamos o haríamos otras cosas. Pepe ha depositado su confianza en mí porque ha visto que no soy una cafre, pero no le apetece entregarme más. Y se quedaría con su nick feo, tan a gusto y tan feliz.

¿Veis la diferencia? En la primera situación pepeXLMadrid ha cedido el control, pero en el segundo, no. ¿Ha quedado claro? ¿Sí? Venga, sigamos.

El rol

Decía que esto de tomar o ceder la iniciativa de la acción es la madre de todos los corderos ‘bedesemeros’ porque, como dije en la entrada titulada “Por el artículo 33” parece que hay prácticas que están asociadas a roles como lapas. Por ejemplo, recibir dolor, de cualquier manera. O ser la persona “pasiva” dentro de la práctica de cualquier tipo de coito, vaginal o anal. O hacer sexo oral. Y no. El rol lo determina quien tiene la iniciativa. Una persona dominante sería quien toma la iniciativa de hacer las cosas. Y una persona sumisa es quien cede a otra persona la capacidad para que decida qué hacer y cómo. No es qué se hace lo que determina el rol… sino quién tiene la iniciativa de hacerlo (y por ende, de decidir cómo lo hace). Y una persona switch es quien puede cambiar entre roles, dependiendo de ciertos condicionantes, que suelen ser lo que le sugiera la otra persona, el estado de ánimo, o ciertos estímulos visuales o sensitivos que nos pueden hacer estar más receptivxs en un rol.

Vale pero… ¿si no me gusta ceder el control y solo me gusta jugar a veces como ‘top’ y otras como ‘bottom’, no soy switch? 🙄

En mi opinión, no. Serías ‘kinkster’, te gustarán las dinámicas ‘primal’/’prey’ (juegos de lucha), o serás lo que se llama “versátil”, que es justamente eso, jugar como ‘top’ algunas veces y otras como ‘bottom’, dependiendo de ciertos condicionantes, sin ceder o tomar el control. No es malo, ni pasa nada, es solo una cuestión de ‘conceto’, ya sabéis, “el ‘conceto’ es el ‘conceto’

¿Pero y el ‘conceto’, ¿ehh? xD («Airbag«, del director Juanma Bajo Ulloa, 1997)

No todo el mundo está de acuerdo conmigo en esto, menudas encendidas polémicas hemos tenido en la tertulia “Cosas de switchs” (URL de Fetlife). Pero no pasa nada, ¿eh? Que no siempre se tiene que estar de acuerdo 😉. Y algunx dirá (que lo sé yo): vale pero… ¿y si no me sale ceder el control con cualquiera? ¿Y si me cuesta ceder el control? ¿Me quedo en el cajón de los versátiles? Jo, a mí me mola más ser switch 😭. Vamos a ver, ceder el control es algo complejo y que no se hace ni con cualquiera (hace falta confianza, entre otras cosas), ni de cualquier manera. Y cuesta, claro que sí. Lo más normal es que no suceda con facilidad, ni tampoco las ganas de tomar el control sobre alguien. Así que en ese caso sí te metería en el ‘Olimpo’ switch 😁.

Entonces… ¿ser switch es ser 50% dominante y 50% sumisx? Qué complicado, ¿no?

Uhm…no. Ser switch es tomar o ceder control según las circunstancias que funcionen para cada unx, pero además —en mi opinión, recordemos— cuando se cede o se toma el control, la parte a la que le gusta el rol contrario permanece ahí latente en la mente, lo que hace entender y sentir el BDSM de manera distinta a como lo hacen las personas de un único rol. Esto no significa que sea mejor o que molemos más, ya que a veces en nuestras cabezas se montan unos ’jaris’ curiosos, precisamente por esto. Tampoco es peor que tener un único rol, sino que, sencillamente, somos así. Por esto me gusta decir que el rol switch tiene entidad propia, o sea, que no es 50/50, ni siquiera otros porcentajes. Somos todo, pero depende de con quién y de qué manera somos 100% sumisxs o 100% dominantes. Y por eso, desde siempre, cuando me han preguntado “¿Y tú qué rol tienes?” siempre he respondido “Switch”. Y cuando viene la segunda parte de la pregunta, “Ya, ¿pero más dominante o más sumisa?” la respuesta vuelve a ser la misma: «Switch». Y me toca explicar algo similar a lo que acabo de escribir, menos mal que se va a quedar ahí ‘pa la posteridad.

Los prejuicios de género y la forma en que afectan a las personas switch

En realidad afectan a las personas de todos los roles, pero hoy estamos hablando de switches, así que vamos a ver la forma en que nos afecta la carga de género en los roles BDSM. De manera tradicional se asocia el rol sumiso a las mujeres. Si encima son jóvenes y con poca experiencia en BDSM, súmale dos puntos más. Y al contrario, a los hombres se les adjudica por defecto y de manera inamovible el rol dominante. Así que, por ejemplo, a un hombre switch, especialmente si su aspecto es el tradicionalmente considerado como muy “masculino”, le pesará como una losa el prejuicio, porque costará aceptar que le guste estar en rol sumiso en ciertas circunstancias. Y lo mismo sucede con las mujeres jóvenes switch, a las que se descarta de inmediato como dominantes, colocándolas siempre en el papel de sumisas. Es frecuente que, por ejemplo, cierto tipo de sumisas digan no querer ni en pintura a un amo switch. También ocurre con algunos sumisos, pero menos, porque a ellos con unas botas de tacón y un poquito de fetichismo se les pasan todos los remilgos. Así que, en general, tenemos que soportar tontadas diversas como las ya comentadas, o como que nos digan que somos “menos” lo que sea (menos sumisxs/menos dominantes), normalmente muy influido por estos condicionantes de género. Y todo esto, por supuesto, la mayoría de las veces sin ni siquiera conocernos o habernos visto en alguno de los dos roles. Cuántas veces me han dicho a mí aquello de “Joder, pues es que nunca hubiera dicho que tú eras sumisa”, después de haberme visto jugar con alguien en este rol, porque por lo visto la imagen que doy de entrada es la de dominante —porque ya no soy una tierna y dulce cervatilla de veinti-treinta y pocos recién llegada al BDSM y tengo cierta edad, claro— Estamos muy hartxs de esto, dejadnos ser lo que nos apetece ser, y no lo que “se supone” que tenemos que ser, coño ya.

Los mitos del rol switch

¿Hacemos una ronda de mitos variados sobre el rol switch? Venga, vamos a ello.

Lxs switchs no existen

Perdóname que te lo diga así de una forma tan brusca pero… tú eres muuu tontx. ¿Cómo que no existimos? ¿Y quién coño ha escrito esta entrada, un holograma? ¡Anda ‘pa allá!

Lxs switches siempre son ‘brats’

¿Ah sí? ¿Y eso por qué? ¿Igual porque en esa afirmación hay un pestuzo a «lxs switches siempre quieren manipular desde abajo y hacer lo que quieren» que tira ‘pa atrás, o porque el hecho de que nos guste estar en rol dominante le da mucho miedito a más de un/a súper Dom/Domme? Y no —ahora en serio— no a todxs nos gustan las dinámicas brat/brat tamer, pero como con cualquier cosa, ¿no?

Una persona switch siempre va a querer cambiar de rol con su pareja/compañerx de juegos

NO. NO, y mil veces no. Esto es como la leyenda urbana de la niña de la curva o Ricky Martin, el perro y la mermelada —¿o era paté? 🙄— La personas switches a veces prefieren tomar un rol por diversas circunstancias, que varían en cada caso, pero no tienen por qué querer cambiarlo con la misma persona. O sí, pero no con todas las personas con las que se relacionan. O quizá no lo hagan en el mismo día… Una vez más, entramos en el terreno de lo específico, y la generalización es peligrosa.

Las personas switch siempre son no-monógamas

Noooo. A pesar de que muchas veces coincide que al ser switch se quiera jugar con algunas personas en un rol y con otras en otro, no necesariamente tiene por qué ser así. Hay personas switches que permanecen con roles estancos (invariables) con una sola persona, y su relación es monógama, o quizá cambien de rol, pero solo entre ellos. Ser switch no siempre es igual a ser no-monógamx.

¿Entonces, eres más dominante o más sumisx? 

Vuelve a leerte el párrafo “Entonces… ¿ser switch es ser 50% dominante y 50% sumisx? Qué complicado, ¿no?”, anda, haz el favor… Te pongo un enlace y todo, para que no te cueste, anda, venga, va 😝

Si un dominante tiene como fetiche los pies, ¡no es dominante, es switch!

Cambia los pies por cualquier otra práctica asociada al rol sumiso como: practicar sexo oral, sexo anal, practicar sexo con su sumisx en determinada postura —¡pero qué perversión es esa!—, cualquier práctica masoquista, que te aten… Vale, y ahora repite conmigo, y tatúatelo si es necesario: 

Prácticas no son roles 

O lo que es lo mismo: no es lo que hagas, sino cómo lo hagas lo que te hace estar en un rol o en otro. Depende de quién tenga la iniciativa de la acción estarás en un rol o en otro, pero la mera práctica no te hace ser dominante o sumisx. ‘Capici’?

Hay muchos más mitos, y es posible que vaya editando y añadiendo los que se me ocurran, pero de momento, me doy por satisfecha para que penséis sobre todo esto, que no es poca cosa, y alguna es bien densa.

Por cierto, no sé si sabéis que hace unos pocos años ya (cinco, ¡nada más y nada menos!) que modero y organizo una tertulia donde hablamos de la problemática concreta de las personas de rol switch. Se llama “Cosas de switchs” (URL de Fetlife), y cada mes/mes y poco nos juntamos en Madrid u online para hablar de cosas como estas y otras más específicas que nos pasan por la cabeza.

Y hasta la siguiente entrada polémica, lectores y lectoras 😗.

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