Leía ayer a @yolandabp en un escrito (enlaces de Fetlife) donde habla sobre sus ganas de encontrar una D/s y a alguien que satisfaga sus expectativas. Redacté cuatro respuestas distintas, y ninguna me gustaba, porque todas tenían un regusto amargo que no quería darle. Y me hizo pensar sobre algo a lo que llevo un tiempo dando vueltas: la pérdida de la ingenuidad.
En el escrito de @yolandabp se ve a una persona alegre y positiva (ella es así) y que lleva poco tiempo por aquí. Percibo también esa ingenuidad de la que hablaba hace un momento, que no quiero que se interprete como que piense que es tonta, porque nada más lejos de la realidad. Me refiero a la ingenuidad en el sentido de creer que algo es posible, en este caso, la D/s. Y me da envidia, no solo ella, sino todas las personas que empezáis con ilusión y ganas a moveros por el mundillo, porque yo hace ya tiempo que perdí esa ingenuidad. No es que crea que no es posible, porque ejemplos de personas que tienen relaciones D/s hay un montón, aunque no es bueno mirar en la hoguera de las vanidades que son Fetlife y, en general, todas las redes sociales, donde solo se ve la cara buena de las cosas. La cara B queda oculta, esa donde están las inseguridades, las sombras y las cosas feas.
Mi pérdida de ingenuidad se debe a que llevo bastante tiempo por aquí y veo, por un lado, patrones que se repiten una y otra vez, y por otro, que los tiempos cambian, como decía el señor Zimmerman, y ese cambio no beneficia a las relaciones D/s, al menos como yo las entiendo, en estos tiempos donde prima lo rápido, el usar y tirar (como las apps de contactos) y lo aséptico, el implicarse poco o a ratitos (las relaciones cibernéticas) y la búsqueda de sexo no convencional vainilla con nueces de macadamia. Por no hablar de que, como digo muchas veces, el BDSM es minoritario y quienes gustan de la D/s más, porque en estos nuevos tiempos se asocia D/s a ranciedad —lo que es cierto en muchos casos— y limita mucho más las posibilidades de encontrar a alguien sensato con quien tener una relación D/s sana.
La conclusión a la que llegué ayer es que me sobra experiencia y me falta esa ingenuidad de mis inicios, que yo también tuve un día. Algo que, por suerte o desgracia, no tiene marcha atrás. Por suerte, porque habrá cosas que ya no me sucederán y por desgracia, porque esas ganas y esa frescura de las primeras veces no volverán jamás.
No pierdo la esperanza (pese a lo negativo que suena todo), pero creo que es muy complicado.